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Asegura el sano desarrollo emocional de tu hijo. Te contamos cómo

CB
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14 mayo 2020

La seguridad emocional es indispensable para el desarrollo de tu pequeño. Y en estos tiempos de incertidumbre es importante que se sienta protegido. Aquí te contamos cómo lograrlo.

Asegura el sano desarrollo emocional de tu hijo. Te contamos cómo

 

Así como hay momentos de alegría, risas y satisfacción durante la crianza; también, existen situaciones de estrés, angustia, culpa y frustración. Son más comunes de lo que te puedes imaginar: nos suceden a todos los padres o adultos que somos responsables de la crianza de un niño.

Los infantes son como esponjas: absorben y se nutren de sus experiencias, especialmente, de aquellos sucesos que son importantes para la formación de su personalidad y de su desarrollo cerebral. En específico, la calidad de relación que tienen con los adultos que cuidan de ellos.

La seguridad emocional es un proceso que los pequeños van sintiendo y adquiriendo durante su desarrollo. Esta seguridad depende de cómo manejan sus emociones los adultos, que cuidan de ellos, tanto en los momentos positivos como en las situaciones de estrés: el control emocional de la figura de autoridad es la clave para que los niños aprendan a tranquilizarse.

Lograr esto no es fácil, por lo general los momentos de estrés y frustración para los niños también lo son para nosotros. Es muy común que nos desesperemos al tratar de calmarlos y educarlos, pero al hacer esto les transmitimos información incongruente. La psicóloga Gabriela Fernández recomienda que mantengamos la calma ante esta situación: adulto tranquilo, niño tranquilo. De modo que podamos apoyar al pequeño a superar su frustración, y ayudarlo a que pueda lidiar con sus emociones cuando se sienta mal.

Al igual que los adultos, los niños tienen pensamientos y emociones: éstas son su manera de expresar lo que sienten ante situaciones determinadas. De hecho, la manera en que reaccionamos ante el estrés y las herramientas que usamos para guardar la calma tienen su origen en la infancia. Ya que en ésta aprendimos a tranquilizarnos y a regular nuestras emociones cuando estamos en situaciones de ansiedad.

Tenemos que estar preparados y darles a los niños los recursos necesarios, para que ante situaciones difíciles logren permanecer tranquilos. Es vital que evitemos hacer comentarios negativos, que controlemos de nuestras emociones y, sobre todo, que no los amenacemos, ni los ridiculicemos. Debemos prevenir que se sientan rechazados. Los niños tienen que saber que estamos ahí para sentirse seguros. De forma que puedan confiar en la relación que tienen con nosotros y con su entorno.