Entender, conectar y actuar para corregular el estrés

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Esta plática se enfoca en entender que cuando un niño o niña se porta mal, en realidad está estresado y pidiendo ayuda. La ciencia nos enseña que el cerebro del niño aún está inmaduro y que requiere de tu presencia y amor para desarrollarse. Los niños son como una "antena social" y sienten el estrés del adulto, por lo que la clave para calmar a tu hijo es que tú te calmes primero.

El sistema de estrés es una respuesta de supervivencia (atacar, huir o paralizarse) que debe regularse. Para lograr esa calma, se nos invita a recordar el ejemplo de la cebra, que regresa a la tranquilidad en solo 90 segundos a través de la respiración.

El camino para corregir y conectar es:

• Pausa: Antes de reaccionar, respira profundamente inflando la barriga como un globo (es tu "control remoto" para la calma).
• Conecta: Valida sus sentimientos ("se vale estar triste", "entiendo que estés enojado") y hazle sentir que no está en peligro.
• Actúa: Solamente después de que tú y él estén calmados, corriges o pones el límite.

Recuerda: Los niños no necesitan padres perfectos, sino adultos presentes, conectados y con disposición a volver a empezar después de cada error.